
La bandera de Andalucía que ondeó en la Giralda en 1977 fue obra de la aljarafeña Eligia Lorenzo
Activista desde joven, liberal y muy viajera, esos son los adjetivos que definen a Eligia, una de las fundadoras del Partido Socialista de Andalucía, luego Partido Andalucista. A sus 86 años, Eligia recuerda la comprometida situación a la que se enfrentó en el 77 durante la transición, meses antes de las masivas manifestaciones del 4 de diciembre y un año antes de la Constitución, tuvo que coser la bandera de Andalucía de madrugada por miedo a que le preguntaran.
El resultado fue una gigante bandera andaluza de 12 metros que la colgó de la Giralda, con la ayuda de sus hermanos, para reivindicar la “autonomía” para su tierra. La bandera ondeó en la Giralda durante un par de horas y se convirtió en un icono de la época y en un símbolo de las aspiraciones de libertad y democracia de todo un pueblo.

¿Cómo surgió todo?
Eligia cuenta: “En el PSA se habló de hacer algo. Mi marido, Emilio Vaz, me dijo: Vamos a hacer una bandera grande, grande y la vamos a colgar en la giralda. ¿Tú me la harías? Cuando éramos jóvenes, a las mujeres nos enseñaban a coser, esas cosas, pero yo no soy capaz de hacer un traje. Sí sé coser a máquina”.
“Medía doce metros. Me fui a San Juan, localidad vecina a Mairena, donde había unas tiendas muy buenas de tela, y pedí: córteme usted doce metros verde, doce metros blanco y doce metros verde. El señor era muy serio y cuando iba por la mitad me dice: ¿No irá usted a hacer una bandera de Andalucía? Era un momento en que las fuerzas vivas estaban muy vivas. Yo haría un respingo o algo, que me dijo: No se asuste usted, que mi hijo es cercano a la nieta de Blas Infante. Y ya le dije: Ah, pues sí, es para una bandera”.
“Tenía mi máquina de coser e hice la bandera con ella, a los 12 metros. Había entonces obras en el barrio, y fui y cogí chinos, chinitas. Le hice un doblez a la bandera y metí las piedras para que pesara. Por arriba, dos dobleces para meterle un cordón fuerte y un alambre, porque no sabía cómo ellos, cuando subieran, podían amarrar ahí la bandera”.
En su casa se juntaron, según recuerda, su marido, Emilio Vaz, “Pepe, el de la óptica y Alejandro Cota, Carlos Donaire y otro chaval, Juan Manuel”. Eligia Lorenzo: “Vamos a pintarla”, se dijo. Autonomía, Andalucía libre, algo. Con pintura de esa de titanlux negra pintó: “Autonomía”.
Ella no fue a descolgar la bandera. De eso se encargó la cuadrilla. “Era demasiado, mis niños”. Hoy es seguro que Eligia Lorenzo se hubiera ido. Añade al respecto: “Aquí por lo visto, eso ya me lo dijeron, en un piso de estos, vivía un comisario y por lo visto le gustaba el ambiente del andalucismo, y Emilio, mi marido, le dijo que iba a poner la bandera. Y él le dijo: descuida que eso te lo va a quitar el arzobispado. Después de colgarla, se quedaron vigilando a ver cuánto tiempo estaba la bandera. Vieron que la estaban quitando y pensaron que era el palacio arzobispal. Esperaron a ver quién era, porque si era el arzobispado se tenían que aguantar, pero vieron que eran niños de Fuerza Nueva. Entonces, se formó un lío. ¿Dónde vais con esto? Les quitaron la bandera a tirones a los de Fuerza Nueva y la trajeron otra vez”, recuerda que le contaron.
Después, esa bandera viajó por Europa, a un acto con andalucistas. También, recuerda Eligia Lorenzo, un partido de fútbol Betis-Barcelona, en el Camp Nou, que fue donde se perdió. “Sacaron la bandera y recorrió casi todo el campo. Creyeron que era un bandera del Betis, imagina a los emigrantes con la bandera”. El fin de la bandera fue el siguiente, según dice Eligia Lorenzo que le contaron. Allí mismo, en Barcelona, “la Policía la cogió y la quemó”.
Fuente: Canal Sur // Público